La mezzotinta, desarrollada en el siglo XVII, se distingue por sus gradaciones tonales ricas y detalladas. El proceso de creación, que involucra raspado y bruñido de la superficie de la placa, simboliza el paso del tiempo y el esfuerzo humano. Cada marca en la placa refleja el cambio y la transformación, permitiendo una representación palpable del tiempo.

Ya pasó lo peor...

Mención de Honor en la categoria Grabado en el 69° Salón Manuel Belgrano 2025

.La obra se articula desde el lenguaje del grabado y la técnica de la mezzotinta, donde el desgaste, la huella y la sombra revelan su carga simbólica. Un cuchillo porta la frase “Vive, ríe, ama, sueña”, mandato de vida que, al inscribirse sobre un objeto de violencia, se vuelve irónico y perturbador. Debajo, dos manos abiertas, trabajadas y vulnerables, configuran un eje sacrificial donde el cuerpo se enfrenta al peso de los discursos que dictan cómo debemos vivir. La pieza confronta la fragilidad humana con la violencia latente de los mandatos sociales, tensionando el límite entre la palabra y la herida, entre el deseo y la imposición.

Mi humilde homenaje a Vicenta Castro Cambón (1891–1966), poeta nacida en Morón, que escribió su obra desde la sombra de la ceguera que la acompañó gran parte de su vida. Su voz se alzó en versos íntimos, atravesados por la memoria, la fe y la sensibilidad de quien habita la penumbra y convierte la oscuridad en lenguaje.
Publicó: “Rumores de mi noche” (1923) “Cajita de música” (1937)

Como en la mezzotinta, donde la imagen surge de un negro absoluto que se va abriendo con luces, la poesía de Vicenta brota desde la oscuridad hacia la revelación. Ambas, palabra y grabado, comparten ese viaje desde la oscuridad hacia lo visible, mostrando que no hay barrera que detenga el camino al umbral de una verdad.


"Ey! No te comas la cabeza". 2023

 

"El cuerpo no es el fin". 2023